El Grupo de Análisis, Desarrollo e Investigaciones Biomédicas (GADIB) de nuestra Regional formó parte de un equipo de trabajo en conjunto con un grupo de la Universidad Nacional de San Juan en la Hackaton internacional IEEE Hack Tech Covid 2020. Por su desarrollo obtuvieron el primer puesto.
Este encuentro internacional se llevó a cabo de manera virtual y tuvo como objetivo pensar ideas innovadoras en el marco del avance de la pandemia de COVID-19. En representación de nuestra Regional, participaron la Ing. Sofía Avetta y la estudiante de Ing. Eléctrica, Sofía Antonelli.
Trabajo en equipo
“La Hackaton abarcaba la región 9 que es toda Latinoamérica. Se habían armado equipos de hasta ocho personas y un mentor. Decidimos armar un equipo con el Gabinete de Tecnologías Médicas (GATEME) de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). La mentora fue Natalia López, quien trabaja con nosotros desde el año 2011, gracias a un convenio firmado entre la UNSJ y la Facultad”, detalla el Ing. Sergio Ponce, director de GADIB.
Esta actividad, organizada por el Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (IEE), tuvo una duración de 48 horas, donde equipos de toda América Latina propusieron diferentes desarrollos. “Hubo más de 400 participantes de todo el continente. Obtuvimos el primer lugar en conjunto con dos equipos más, de Bolivia y de Perú. Lo que se evaluó fue el grado de innovación, el valor social agregado, la viabilidad y escalabilidad, el progreso de la solución y, por último, la comunicación comprensible del proyecto”, observa Ponce.
El equipo estuvo conformado de manera interdisciplinaria, para abarcar la temática desde diferentes enfoques. El Ing. Ponce no duda en resaltar el trabajo en equipo e interinstitucional, el cual data de muchos años de trabajo conjunto. En este caso en particular, esta articulación ha llegado a ser reconocida con un primer premio.
El proyecto
Con el nombre de “Distree”, el proyecto del equipo ganador, se trata de un sistema para prevenir y proteger a los trabajadores de salud de la transmisión directa e indirecta de COVID-19 por medio del uso de tarjetas inteligentes de uso personal, balizas electrónicas y un software de analítica y reporte. Es Su diseño tiene el objetivo de determinar la carga viral al que está expuesto el personal sanitario con pacientes infectados, es decir, el riesgo de contagio mediante cálculos probabilísticos.
Tal como explica el director de GADIB: “Es un dispositivo que va en el equipo médico y en la cama del paciente o equipamientos y un software que trabaja a partir del análisis probabilístico. Entonces se define la carga viral a través de dos variables: distancia y tiempo. Es decir, cuánto ha estado una persona cerca de un sospechoso o positivo con coronavirus, a qué distancia ha estado de esos pacientes o de esos lugares y equipos que han tratado a esas personas y el tiempo. A partir de ahí el software lo que hace es dar, en forma objetiva, un numero de carga viral. Entonces, de esa manera, el profesional de la salud tiene una idea de cuánto tiempo estuvo expuesto a la probabilidad de contagiarse”.
Las balizas, que emiten señal de Bluetooth, se colocan en el personal sanitario y los equipos de atención a pacientes con Covid-19 como por ejemplo camas, respirador, oxímetro de pulso, monitor multiparamétrico, entre otros. Esto es aplicable tanto en salas comunes como en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), según la gravedad del paciente. En paralelo, el personal de salud es dotado de las tarjetas inteligentes (pueden ir colgadas del cuello o mano), que captan la señal Bluetooth de las balizas y que tienen el algoritmo de procesamiento que permite la ponderación de la carga viral, mediante cálculos para determinar la distancia, tiempo al que el personal estuvo expuesto y una valoración de si el paciente es riesgoso o muy riesgoso. Las tarjetas también pueden emitir una vibración a sus usuarios, en caso de que se haya traspasado la distancia social.
Posibilidad de desarrollo
El proyecto, al ser uno de los seleccionados, será favorecido con un capital semilla para su efectivización. Además, se accedió a una beca de incubación del proyecto y participación en las rondas de inversión de la IEEE. Todo este apoyo se utilizará para pasar de ser un desarrollo teórico a los prototipos que serán testeados tanto en San Nicolás como en San Juan.
Si bien el equipo pensó el sistema para el ámbito médico, la intención es que también pueda ser utilizado en industrias, fábricas, supermercados y lugares en los que, en la medida de que se vaya flexibilizando la cuarentena, requerirán de la aplicación de protocolos sanitarios.