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Ellos, parte de los cimientos de esta Casa.

En estos últimos meses nuestra Comunidad Universitaria ha sufrido dos pérdidas importantes. Dos personas que con su buena predisposición y humildad siempre colaboraron en todas las actividades que se desarrollaron acá.

El 10 de junio, a la edad de 70 años, nos dejó un hueco enorme José María Calderón. Ingeniero Electricista, recibido en la Regional Rosario, se desempeñó como técnico en comunicaciones en varias empresas y como muchos en esta ciudad, trabajó en SOMISA en diferentes sectores.
En esta Casa, además ejerció la docencia de manera dedicada. Fue Jefe de Trabajos Prácticos, Profesor Interino y Docente por Concurso de numerosas cátedras dentro de su especialidad. Y ejerció como Vicedecano Normalizador de esta Facultad en 1985. Estos últimos años se desempeñaba además, como Secretario General de la Asociación Gremial de Docentes Universitarios Tecnológicos-FAGDUT local.

Miembro del Consejo Directivo, siempre tenía una sugerencia o comentario que brindara ánimos, ganas de crecer, de apoyar y animar a los estudiantes.
Querido por todos, con una sonrisa constante, atento a todas las cosas que pasaban, fue la primera persona en hacer llegar a la Secretaría de Extensión sus comentarios y ánimos para este blog.

Pepe Calderón, era de esas personas suaves y cálidas, dispuestas a colaborar con alegría y vocación.


El 3 de septiembre, a los 61 años, se nos fue el Negro. José Rodríguez, ingresó a la Facultad en el año 1976 y desde ese entonces se fue transformando en toda una institución.

Muchos de los egresados lo recuerdan en su época de ayudante y luego encargado del laboratorio. Los que estudiamos hace 10 años o más en casa recordamos haberlo buscado en el cuartito de mantenimiento al lado de la sala de hornos. Y los más jóvenes lo vieron este último tiempo en la entrada, recibiéndonos con esa suave sonrisa detrás del la ventana del teléfono.

El Negro era un hombre sencillo, humilde y tranquilo. Siempre dispuesto a ayudarnos en todo. No importaba si era correr una silla o mover un armario de una punta a la otra. Con su caminar lento y su hablar pausado, pedía casi tímidamente un salón para las reuniones del gremio APUTN.
Y su bondad era tan grande que ningún perrito que por acá pasó, dejó de comer de su mano.


Docentes, Alumnos y No Docentes, lo vamos a recordar con la melancolía propia de la ausencia y con el lugar que supo ganarse en el corazón de cada uno de los que pasaron y pasan por esta Casa.

Pepe Calderón y el Negro Rodríguez son dos personas que dejaron su huella y forman parte de los cimientos de la Facultad.
Gracias a ellos por todo lo que nos brindaron.

Nota: Dentro de los comentarios de esta entrada, se dejan los mails enviados por docentes de la Facultad recordándolos. Invitamos a todos los que quieran sumarse en el recuerdo de ellos, que dejes sus comentarios.

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